Notas de Elena | Miércoles 5 de junio 2019 | Conflictos, abuso, poder y control | Escuela Sabática

Miércoles 5 de junio: Conflictos, abuso, poder y control
Todos los que han nacido en la familia celestial son en un sentido especial los hermanos de nuestro Señor. El amor de Cristo liga a los miembros de su familia, y dondequiera que se hace manifiesto este amor se revela la filiación divina. «Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios». [1 Juan 4:7].
Aquellos a quienes Cristo elogia en el juicio, pueden haber sabido poca teología, pero albergaron sus principios. Por la influencia del Espíritu divino, fueron una bendición para los que los rodeaban (El Deseado de todas las gentes, p. 593).
El egoísmo y el orgullo estorban el amor puro que nos une con Jesucristo en espíritu. Si este amor es verdaderamente cultivado, lo finito se combinará con lo finito, y todo se centrará en el Infinito. El amor mutuo santificado es sagrado. En esta gran obra, el amor mutuo de los cristianos -mucho más elevado, más constante, más cortés, más abnegado de lo que se haya visto- preserva la ternura, la benevolencia y la cortesía cristianas, y envuelve la hermandad humana en el abrazo de Dios, reconociendo la dignidad con que Dios ha investido los derechos del hombre. Los cristianos siempre deben cultivar esta dignidad para la honra y gloria de Dios (Comentario de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 5, p. 1114).
Cuando los maridos exigen de sus esposas una sumisión completa, declarando que las mujeres no tienen voz ni voluntad en la familia, sino que deben permanecer sujetas en absoluto, colocan a sus esposas en una condición contraria a la que les asigna la Escritura. Al interpretar ésta así, atropellan el propósito de la institución matrimonial…
Los maridos deben estudiar el modelo y procurar saber lo que significa el símbolo presentado en la epístola a los efesios, la relación que sostiene Cristo con su iglesia. En su familia, el esposo ha de ser como el Salvador. ¿Se destacará él en la noble virilidad que Dios le dio, y procurará siempre elevar a su esposa y a sus hijos? ¿Alentará en derredor suyo una atmósfera pura y dulce? Mientras asevera sus derechos a ejercer la autoridad, ¿no cultivará tan asiduamente el amor de Jesús, para hacer de él un principio permanente que rija su hogar?
Procure cada esposo y padre comprender las palabras de Cristo, no en forma unilateral, espaciándose simplemente en la sujeción de la esposa a su marido, sino considerando a la luz de la cruz del Calvario su propia posición en el círculo de la familia. «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella…» (El hogar cristiano, pp. 101, 102).
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Notas de Elena G. de White
Lecciones de Escuela Sabática para Adultos
Lección 10: Para el 8 de junio de 2019
TIEMPO DE DIFICULTADES
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Maira Fermin

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