Notas de Elena | Miércoles 5 de febrero del 2020 | Pesado y hallado falto | Escuela Sabática

Miércoles 5 de febrero: Pesado y hallado falto
En vano trató el rey de leer las letras ardientes. Encerraban un secreto que él no podía sondear, un poder que le era imposible comprender o contradecir. Desesperado, se volvió hacia los sabios de su reino en busca de ayuda. Su grito frenético repercutió en la asamblea, cuando invitó a los astrólogos, caldeos y adivinos a que leyesen la escritura … Pero de nada valió la súplica que dirigió a sus consejeros de confianza ni su ofrecimiento de ricas recompensas. La sabiduría celestial no puede comprarse ni venderse. «Todos los sabios del rey … no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su declaración». Les era tan imposible leer los caracteres misteriosos como lo había sido para los sabios de una generación anterior interpretar los sueños de Nabucodonosor (Profetas y reyes, pp. 386, 387).
El ánimo carnal es enemistad contra Dios, y se rebela contra su voluntad. Deséchese el yugo de la obediencia, y aquel ánimo cae inconscientemente en la iniquidad del delito. La iniquidad abunda entre los que hablan elocuentemente de la libertad religiosa pura y perfecta. Su conducta es aborrecible para el Señor, y son colaboradores del adversario de las almas. Desvían sus ojos de la luz revelada, y las belle-zas de la santidad son tan solo sombras para ellos…
Se me ha mostrado lo que es el hombre sin conocimiento de la voluntad de Dios. Los crímenes y la iniquidad llenan su vida. Pero cuando el Espíritu de Dios le revela el significado pleno de la ley, ¡qué cambio se produce en su corazón! Como Belsasar, lee inteligentemente la escritura del Todopoderoso, y la convicción se apodera de su alma. Los truenos de la Palabra de Dios le sacan de su letargo, y pide misericordia en el nombre de Jesús. Y Dios escucha siempre con oído voluntario esa humilde plegaria. Nunca aparta al penitente sin consolarlo (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 17, 18).
El gran día del Señor está cerca. Cuando Cristo aparezca en las nubes de los cielos, los que no lo han buscado de todo corazón, los que han permitido que se los engañe, ciertamente perecerán. Nuestra única seguridad consiste en ser hallados en Cristo por medio del arrepentimiento y la confesión y debido a que nuestros pecados han sido borra-dos. Los que quieran buscar hoy al Señor fervientemente, dispuestos a humillar sus corazones ante él, y a abandonar sus pecados, serán preparados para formar parte de la familia real y ver al Rey en su hermosura, por medio de la santificación de la verdad…
Hemos sido invitados a ser el pueblo especial del Señor en un sentido mucho más elevado de lo que muchos comprenden. El mundo yace en maldad y el pueblo de Dios tiene que salir de él y mantenerse separado. Tiene que estar libre de las costumbres y los hábitos mundanos. No debe concordar con los sentimientos del mundo; por el contrario, los suyos deben ser distintos, como pueblo peculiar del Señor que es, manifestando fervor en todos sus servicios. No tiene que comulgar con las obras de las tinieblas (Cada día con Dios, p. 246).
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NOTAS DE ELENA G. DE WHITE
Lecciones de Escuela Sabática para Adultos
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1er. Trimestre 2020
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