Notas de Elena | Lunes 9 de septiembre del 2019 | Un determinado tipo de esperanza | Escuela Sabática

Lunes 9 de septiembre: Un determinado tipo de esperanza
Aférrate del bienestar, de la fe, de la esperanza que Dios te ha dado por su Palabra. Nunca te desanimes… Debemos «aferrarnos» y vivir a la altura de toda la luz que hemos recibido del cielo. ¿Por qué? Porque Dios desea que nos aferremos fuertemente de la verdad eterna, y actuemos como su mano ayudadora, para comunicar la luz a aquellos que no se han dado cuenta del amor que siente hacia ellos…
El enemigo nunca puede arrancar de la mano de Cristo a aquel que sencillamente confía en las promesas del Señor. Si la persona confía y procede con obediencia, la mente será sensible a las impresiones divinas y la luz de Dios resplandecerá para alumbrar el entendimiento. ¡Qué privilegios tenemos en Cristo Jesús!
Hemos de esperar vigilantemente la venida del Señor… Cada momento ha de ser fielmente empleado. «El que persevere hasta el fin, este será salvo» [Mateo 24:13] (Sons and Daughters of God, p. 351; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 353).
Somos incapaces de mirar al futuro, que a menudo nos causa inquietud e infelicidad. Pero una de las mayores evidencias que tenemos de la benevolencia de Dios es su ocultación de los acontecimientos del mañana. Nuestra ignorancia del futuro nos hace más vigilantes y fervientes hoy. No podemos ver lo que nos espera. Nuestros planes mejor trazados a veces parecen insensatos y defectuosos. Pensamos: «¡Si tan solo conociéramos el futuro!» Pero Dios quiere que sus hijos confíen en él, y estén listos para ir donde él los conduzca. No sabemos el tiempo preciso cuando nuestro Señor se manifestará en las nubes de los cielos, pero él nos ha dicho que nuestra única seguridad está en estar preparados constantemente, velando y esperando. Sea que tengamos por delante un año, o cinco, o diez, debemos ser fieles hoy a nuestra creencia. Debemos realizar los deberes diarios tan fielmente como si fuera el último día que vivimos (A fin de conocerle, p. 356).
Debemos ser vigilantes y velar por la venida del Hijo del hombre. También debemos ser diligentes. Se requiere de nosotros que obremos y esperemos: debemos unir las dos actitudes. Esto equilibrará el carácter cristiano, y lo hará simétrico y bien desarrollado. No debemos creer que nos toca descuidar todo lo demás y entregarnos a la meditación, el estudio o la oración, ni tampoco debemos rebosar apresuramiento y actividad, con descuido de la piedad personal. La espera, la vigilancia y el trabajo deben combinarse. «En el cuidado no perezosos: ardientes en espíritu; sirviendo al Señor» (El hogar adventista, p. 19).
¡Cuántos lamentarán las oportunidades perdidas cuando sea para siempre demasiado tarde! Hoy tenemos talentos y oportunidades, pero no sabemos por cuánto tiempo serán nuestros. Trabajemos, pues, mientras es de día; porque la noche viene, cuando nadie puede trabajar: «Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, le halle haciendo así» (Testimonios para los ministros, p. 167).
=============================
Notas de Elena G. de White
Lecciones de Escuela Sabática para Adultos
Lección 11: Para el 14 de septiembre de 2019
DE QUÉ MANERA VIVIR LA ESPERANZA ADVENTISTA
Tercer Trimestre 2019 – Servir a los necesitados
“Uno de estos mis hermanos más pequeños”
Narración: Maira Fermin

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*