Lección 8 | Miércoles 21 de agosto del 2019 | Primero la experiencia: después, el servicio | Escuela Sabática Jóvenes

MIÉRCOLES 21 AGOSTO
PRIMERO LA EXPERIENCIA: DESPUÉS, EL SERVICIO
Cómo hacer | Mat. 12:34,35
Puede ser difícil, y hasta abrumador, poner en práctica lo que estamos analizando en el tema de este trimestre. ¿Cómo descubres dónde te está llamando Dios a ayudar? ¿Y si te sientes incómodo ayudando de ciertas maneras, o no sientes ganas de ayudar? ¿Cómo despiertas en ti mismo el deseo de servir si no lo sientes, o si te causa temor? Jesús hace la misma pregunta a los fariseos en Mateo 12:34: “¿Cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca».
No podemos dar lo que no tenemos y lo que no hemos experimentado. Jesús confirma esto al continuar en el versículo 35: «El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal». Si tenemos el corazón lleno de bien, podemos dar a los demás. Entonces, ¿cómo podemos tener un corazón que esté suficientemente lleno para servir a otros?
Pasa tiempo leyendo la Biblia y escuchando a Dios. La única forma de poder reconocer a Jesús en los más pequeños es pasando tiempo con él y permitiendo que nos hable por medio de su Palabra. Nuestra relación con Dios cambiará nuestro corazón y nos hará querer servir a otros.
Pide a Dios que te muestre a los más pequeños a tu alrededor. También debemos buscar a Dios en nuestra vida diaria. Él puede estar pidiéndote que des de tu tiempo en un proyecto de ayuda urbana, que hables con esa persona en el trabajo o el colegio a quien todos evitan, que le pagues a alguien la comida o el combustible, o que simplemente pronuncies una palabra de ánimo. Si él nos llama, debemos estar listos para responder.
Haz que el conocer a Dios sea tu prioridad. Conocerlo te transformará para que puedas servir a los más pequeños. Para ser siervos efectivos de Dios, debemos conocerlo.
Cuando tenemos una relación con Jesús, alcanzar a quienes nos rodean nos resultará natural. Vemos esto claramente ilustrado en la parábola de las ovejas y los cabritos en Mateo 25. Cuando Jesús felicita a las ovejas por su servicio por él, están confundidas. No recuerdan haber hecho ninguna de las cosas que Jesús dice que hicieron. Parece que estas personas justas ni se dieron cuenta de que estaban sirviendo; simplemente, sirvieron porque eso era lo que ellos eran. Lo mismo sucede con nosotros: antes de poder dar a otros los tesoros del amor y la gracia de Dios, debemos estar llenos hasta rebalsar.

PARA PENSAR Y DEBATIR:
¿Por qué te resulta difícil servir a otros?
¿De qué forma conocer a Dios te ha cambiado?
¿Has notado la conexión entre tu relación con Jesús y cómo te relacionas con los demás?
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ESCUELA SABÁTICA PARA JÓVENES
Lectura del folleto Joven
Lección 8: Para el 14 de agosto de 2019
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Tercer Trimestre 2019 – Servir a los necesitados
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