Lección 5 | Miércoles 31 de julio del 2019 | La estrategia del gran médico | Escuela Sabática Jóvenes

MIÉRCOLES 31 JULIO
LA ESTRATEGIA DEL GRAN MÉDICO
Cómo hacer: Deut. 15:11
Hemos estado aprendiendo que Dios nos ha dado la responsabilidad de ayudar intencionalmente a otros. En realidad, descuidar a quienes tenemos el privilegio de alcanzar es considerado un pecado a los ojos de Dios. Quizá recuerdes la parábola del hombre rico y Lázaro (Luc. 16:19-31). El pueblo de Dios, representado por el hombre rico, ignoró su rol de ministrar a los necesitados, representados por Lázaro. En la parábola, como resultado de la negligencia del hombre rico y luego de que ambos personajes murieran, este se encontró perdido, mientras que Lázaro fue salvo.
Cuando pensamos en el ministerio de Jesús, da la impresión de que, para él, ayudar a otros era algo fácil. Sirvió abnegadamente a todos los que podían beneficiarse de sus palabras o de su toque de vida. Lo llamamos «el gran Médico», un título digno de tener en mente al pensar de qué maneras prácticas podemos alcanzar a quienes están en necesidad. Como el mayor Médico de todos los tiempos, Jesucristo hizo lo siguiente: Sirvió por amor. A la luz de la parábola del rico y Lázaro, es fácil sentirse inclinado a obedecer a Dios por miedo a perdernos la salvación o a desagradarlo. Pero esa ciertamente no es la intención de Dios al compartir la parábola o recordarnos que ayudemos a otros. De hecho, Pablo nos dice en 1 Corintios 13:1 al 3 que el amor debería motivar todo lo que hacemos. Por tanto, primero tenemos que pedir a Dios un corazón para amar a otros como él lo hace, porque él es la Fuente de amor (Rom. 5:5). Poseer amor por las almas no solo hace que nuestro servicio sea aceptable, sino también lo hace mucho más fácil.
Diagnosticó el problema. Cualquier médico sabio y profesional evaluará el problema del paciente cuidadosamente antes de dar el diagnóstico apropiado. ¿Quién querría ser tratado por un médico que diagnosticara por simple adivinación? Nadie. Es así que es importante utilizar nuestros oídos y escuchar a los demás cuando hablan, para poder ser conscientes de sus necesidades (Prov. 18:13).
Oró por sabiduría y poder. Jesús ejemplificó la importancia de orar antes de servir (Mar. 1:32-35). Cada día, antes de alcanzar a multitudes de personas necesitadas, oraba por sabiduría y poder divinos. Se nos anima por las palabras y el ejemplo de los apóstoles a orar por estas dos virtudes (Hech. 1:8; 2:1-4; Sant. 1:5).

PARA PENSAR Y DEBATIR
¿Quién es «Lázaro» en tu vida?
¿Qué pasos puedes cambiar o agregar a los cuatro pasos enumerados arriba?
Si ya ayudas a los necesitados, ¿qué te motiva a hacerlo?
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ESCUELA SABÁTICA PARA JÓVENES
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