Lección 4 | Sábado 20 de julio del 2019 | Un pequeño acto de bondad | Escuela Sabática para Jóvenes

MISERICORDIA Y JUSTICIA EN SALMOS Y PROVERBIOS

«Defiendan la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. Salven al menesteroso y al necesitado; líbrenlos de la mano de los impíos» (Sal. 82:3,4).

SÁBADO 20 JULIO
UN PEQUEÑO ACTO DE BONDAD
Introducción: Sal. 82:3,4
Creo que no puedo dar ni un paso más -dijo Martín mientras sacudía su cabeza con cansancio y le hacía señas a su amigo de que se detuvieran en la plaza de la iglesia de San Jorge en Eisenach, Alemania. -Me siento igual, Martín, pero no hemos comido en todo el día. -Lo sé -dijo, desanimado- Pero después de la manera en que nos trataron en la última puerta, creo que ni siquiera quiero probar en otra más.
Era 1497, y Martín Lutero tenía catorce años. Su padre quería que él tuviera una buena educación, pero no podía proveérsela. La mejor opción disponible para Hans Lutero era enviar a su hijo a una escuela de coreutas.
La iglesia tenía escuelas de coreutas donde los alumnos más pobres «se ganaban» su educación realizando pequeños trabajos en la parroquia y cantando de casa en casa a cambio de comida. La vida era dura para los coreutas. Se los maltrataba, menospreciaba y enfrentaba, y a menudo se iban a dormir con hambre.
Este día en particular hacía mucho frío, y ellos estaban muertos de hambre. Mientras avanzaban por la calle, una joven llamada Úrsula los miraba desde la ventana de la segunda planta de su hogar. Los reconocía de su iglesia local y sabía que eran coreutas. Vio cómo los maltrataban en las puertas y se conmovió. Decidió darles una experiencia diferente.
Cuando llegaron a su puerta, la abrió con energía y con una sonrisa cálida. Para asombro de ellos, los invitó a pasar, los sentó frente al fuego y les dio una comida abundante. Martín Lutero se sintió tan abrumado por su bondad que rompió en llanto.
Pronto Úrsula descubrió que los padres de Martín eran parientes de su esposo, Conrad Cotta. Los Cotta Invitaron a Martín Lutero a vivir con ellos y lo apoyaron económicamente durante el resto de su estadía en Eisenach.
El simple acto de bondad de Úrsula Cotta tuvo un profundo impacto en la vida de Martín Lutero. En medio de la angustia y la opresión que teñía su vida diaria, su bondad fue una vía de escape que no solo elevó su espíritu, sino también le dio un vistazo del carácter de Dios que él nunca antes había visualizado.
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ESCUELA SABÁTICA PARA JÓVENES
Lectura del folleto Joven
Lección 4: Para el 27 de julio de 2019
MISERICORDIA Y JUSTICIA EN SALMOS Y PROVERBIOS
Tercer Trimestre 2019 – Servir a los necesitados
Narración: Adan Vicente

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