Lección 12 | Jueves 19 de septiembre del 2019 | ¡Es fácil! (¿lo es?) | Escuela Sabática Jóvenes

JUEVES 19 SEPTIEMBRE
¡ES FÁCIL! (¿LO ES?)
Opinión | Mat. 22:35-40; 1 Corintios 13
En la iglesia, tendemos a pasar por alto el «mandamiento del amor» (Mat. 22:35-40) porque, bueno… ya conocemos esa parte. Y el amor es fácil. ¿No es cierto?
La verdad, esto es lo más difícil que Dios nos pide, y no es algo que podamos hacer por nosotros mismos. ¿Por qué no? En pocas palabras, las personas son terribles. Démosle un vistazo a este mundo: hay personas que trafican otras personas; la gente es avara; la gente es perezosa; la gente vocifera cruelmente las partes más oscuras de sí mismas por Internet y en persona; la gente causa destrucción dondequiera que va.
Por lo tanto, no, no es fácil amar. Cristo jamás dijo que solo teníamos que amar a los buenos. Él no hace especificaciones, porque es una afirmación global. Se refiere a todos.
El desafío para cada uno de nosotros es descubrir cómo se ve esto en nuestra vida, de forma práctica. Al volverse todo más y más atareado y caótico, se hace difícil encontrar tiempo y energía para amar sin hacer pausas. El amor es un trabajo duro. Requiere vulnerabilidad, autenticidad, y un amor por los demás dado por Dios. Esto no surge de manera natural, y requiere práctica.
Puedes estar demasiado ocupado para amar. Puedes olvidar que es la misión más importante que Dios te ha dado. Encuentra una forma de planificar el amor: ponlo en el calendario, busca maneras creativas de demostrar el amor de Dios en tu comunidad, y sé responsable. El amor se multiplica. Cuando lo compartes, nunca se acaba, porque el amor sigue creciendo.
Puedes -y debes- ser generoso, osadamente generoso, con tu amor. Es un regalo de Dios que debes compartir y se manifiesta de varias formas. Puede ser defendiendo a quienes no tienen voz (Prov. 31:8,9), levantando la voz por los agobiados y rechazados (Isa. 1:17) y tratando a los extranjeros en nuestro medio de manera justa y amable (Lev. 19:33, 34). La Biblia deja en claro que se esperan acciones, y no solo palabras. Jesús habla de un pueblo tan dedicado a vivir el amor de Dios de manera práctica que no cuestiona a quién está ayudando (Mat. 25:31-46). Ese pueblo simplemente ama.
Confía en Dios para descubrir los detalles. Confía en él para que sea glorificado por medio de tu humildad. Confía en que él obra milagros. Él solo te pidió que ames. No te pidió que salves el mundo. Pero al dedicarte de todo corazón a amar, puede ser que el mundo se salve, una persona a la vez. Prueba hacer esta oración: «Dios, necesito ayuda para amar de la manera en que tú amas. No tengo ese amor dentro de mí, pero tú eres suficientemente fuerte para llenar mi corazón con tu amor. Muéstrame dónde suelo decidir no amar, y enséñame a estar emocionado por compartir tu amor con todos».
PARA PENSAR Y DEBATIR:
¿Cuál es la conexión entre la justicia social y el amor? ¿Por qué están relacionados? ¿Qué evita que seas osadamente generoso con tu amor?
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