Lección 11 | Sábado 8 de junio 2019 | Los pecados de nuestros padres | Escuela Sabática Jóvenes

«Por tanto […] corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios» (Heb. 12:1,2, RVR).

SÁBADO 8 DE JUNIO
LOS PECADOS DE NUESTROS PADRES
Introducción: Éxo. 34:7; Eze. 18:4
El cantante y compositor estadounidense Sufjan Stevens basa la mayor parte de su música en su experiencia de abandono de niño. Su vida y arte tratan sobre eso. Así, vemos que las experiencias de una persona con su familia son fundamentales para su desarrollo y para las elecciones que toma. El pecado es famoso por romper relaciones. A menudo el diablo comienza sus ataques con la primera relación y la más íntima: la familia.
La mayoría de nosotros nos hemos encontrado con el principio de una maldición generacional. Una maldición generacional es un pecado que pervierte una línea familiar; los padres cometen un pecado, sus hijos cometen el mismo pecado, y así sucesivamente.
Ezequiel 18:4 dice: «Todos los seres humanos son míos para juzgar, los padres y los hijos por igual. Esta es mi regla: la persona que peque es la que morirá» (NTV). Mientras que Dios solo disciplina al que ha pecado contra él, los pecados de los padres a menudo se infiltran en la familia, dañan relaciones y se perpetúan entre los hijos. Por esta razón, los hijos a menudo sufren por los errores de sus padres, lo que los lleva a cometer los mismos errores en el futuro. En la vida de Sufjan Stevens y de muchos personajes bíblicos, como David y Betsabé, vemos ejemplos de hijos que pagan por las elecciones de sus padres.
David pecó contra el Señor al acostarse con Betsabé. Como resultado de esto, el abuelo de Betsabé, Ahitofel, aconsejó a Absalón, hijo de David, que se rebelara contra su padre; una rebelión que le costó la vida. David pagó caro por sus pecados, y sus consecuencias llegaron hasta la vida de sus hijos. La belleza de la historia es que no terminó así. De un linaje de mentirosos, prostitutas y pecadores, incluyendo a David y a Betsabé, nació Jesús. Pero Jesús vivió su vida sin pecar, y así terminó con todas las maldiciones generacionales, así como los ciclos de pecado y abuso presentes en su familia. Jesús nos ofrece adoptarnos en su familia para que nuestros propios demonios familiares puedan ser vencidos. Como parte de la familia de Jesús, ya no somos afligidos por los pecados de nuestros padres; en lugar de eso, Jesús nos ofrece una nueva vida en él.
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Lecciones de Escuela Sabática para Jóvenes
Lección 11: Para el 15 de junio de 2019
FAMILIAS DE FE
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Adan Vicente

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