Lección 10 | Sábado 31 de agosto del 2019 | Un lema más profundo | Escuela Sabática Jóvenes

COMO VIVIR EL EVANGELIO
‘Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica’ (Efe. 2:8-10).

SÁBADO 31 AGOSTO
UN LEMA MÁS PROFUNDO
Introducción | Mal. 2:10; 1 Cor. 12:13; Fil. 2:1-8
Justicia social. Cuando escuchas este término, ¿en qué piensas? ¿Cómo te hacen sentir esas dos palabras? ¿Te sientes impulsado a actuar, o te enoja la inacción de otros, ya sean compañeros de clase o conocidos de la universidad: ya sea que se sienten en el mismo banco que tú en la iglesia o que prediquen desde el púlpito? Cuando ves injusticia frente a tu espejo, ¿qué pasa entonces? ¿Qué sucede después?
Nuestra generación no está sola en su egoísmo, en su incapacidad de defender a aquellos en nuestra comunidad que necesitan saber que, aunque sean pobres, necesitados, paralíticos, estén desnudos o en prisión, pertenecen al cuerpo de Cristo; que la salvación es un regalo que se les ofrece gratuitamente. Estamos tan preocupados por echar la culpa a otros que descuidamos nuestras propias responsabilidades. Sí, la iglesia es una entidad colectiva; sin embargo, no somos salvos como iglesia, corporativamente. Es decir, solo porque la congregación local a la que pertenezco no es activa o es indiferente a las necesidades de la comunidad no quiere decir que yo pueda darme el mismo lujo.
En una sociedad aparentemente comprometida con la diversidad, nos está costando seguir las instrucciones de Pablo de hacer completo su gozo teniendo «un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento». Y Pablo sigue diciendo: «No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos» (Fil. 2:2,3). Nos estamos volviendo más y más egoístas, y falsamente ignoramos que todos somos hermanos y hermanas y que deberíamos luchar por las necesidades de quienes son menos afortunados que nosotros. A la luz de la justicia social, fallamos cuando no consideramos a los demás tanto como nos consideramos a nosotros mismos. Fallamos cuando no buscamos el corazón de Dios por su pueblo.
Al estudiar esta semana, que esta sea tu oración: «Dios, danos compasión por nuestros hermanos más pequeños».
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ESCUELA SABÁTICA PARA JÓVENES
Lectura del folleto Joven
Lección 10: Para el 7 de septiembre del 2019
COMO VIVIR EL EVANGELIO
Tercer Trimestre 2019 – Servir a los necesitados
Narración: Adan Vicente

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