Lección 10 | Martes 4 de junio del 2019 | Elecciones airadas | Escuela Sabática Jóvenes

MARTES 4 DE JUNIO
ELECCIONES AIRADAS
Testimonio: Mat. 5:21-23; 21; Efe. 4:26,27
Una de las cosas que más me costaron conseguir como cristiana ha sido controlar mi temperamento. La ira era mi comida reconfortante. En medio de la angustia me aferraba a la ira, rogándole que resolviera todos mis problemas, pero nunca produjo resultados positivos. Luego de terminar frustrada con este ciclo de estar enojada y to mar malas decisiones, comencé a investigar la Biblia en busca de una solución y llegué a Mateo 5:21 al 23. Aquí Jesús nos advierte que si estamos enojados con un vecino, estamos sujetos al juicio. Esto resultó en un dilema interno, porque ¿cómo el hecho de estar enojado puede resultar enjuicio cuando Jesús estuvo enojado en Mateo 21?
Luego de luchar con la noción de que la ira resulta enjuicio y de estudiar mi Biblia, llegué a las palabras de Pablo que aclararon este asunto. En Efesios 4:26 y 27, Pablo escribe: «Además, ‘no pequen al dejar que el enojo los controle’. No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo» (NTV). Como muchas cosas en la vida, el enojo puede ser usado como una entrada para pecar. Si permitimos que el enojo se pudra, nos enceguecemos a la voluntad de Dios y el deseo de satisfacer nuestro enojo nos abruma. Por medio de estos versículos, aprendí que aferrarme a mi enojo no resulta en soluciones; solo resulta en que me apoye en mi propio entendimiento en lugar de apoyarme en Cristo. Pero ¿cómo podemos poner este conocimiento en acción?
Con mucha oración y consejos de mi círculo de amigos, desarrollé tres pasos que me han ayudado en momentos de ira. El primer paso es aislarse de la situación. Esto puede ser un aislamiento emocional, en el que dejas de lado tus sentimientos hasta el momento apropiado para abordarlos, o un aislamiento físico, en el que te alejas de la persona que te ha provocado. El paso dos es orar; en tus oraciones, cuéntale a Dios cómo te sientes y pídele que te muestre qué hacer o decir. El paso tres es reflexionar. Escribir me ayuda a comprender mejor la situación en la que estoy y a encontrar una solución clara. Quizá tú prefieras comunicarte con una persona en quien confías, o sentarte a solas con tus pensamientos. Cualquiera que sea tu método, es importante que dediquemos tiempo a pensar, reflexionar y permitir a Dios que nos hable. Oro para que estos pasos te guíen y animen como lo han hecho conmigo; que seas paciente contigo mismo al comienza este camino y que te aterres a Dios en todo momento.
PARA PENSAR Y DEBATIR
¿Cómo puedes asegurarte de estar controlando tu enojo, en lugar de permitir que el enojóte controle a ti?
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Lecciones de Escuela Sabática para Jóvenes
Lección 10: Para el 8 de junio de 2019
TIEMPO DE DIFICULTADES
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Adan Vicente

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