Lección 10 | Lunes 2 de septiembre del 2019 | Servir bien | Escuela Sabática Jóvenes

LUNES 2 SEPTIEMBRE
SERVIR BIEN
Logos | Isa. 58:1-8; Hech. 10; Mat. 9:37
EL SERVICIO ADECUADO
A nadie le gusta hacer algo de manera equivocada. Nadie disfruta de armar algo al revés, de conducir hasta el destino equivocado, o comprar el producto equivocado. Tenemos la tendencia a hacer una tarea y hacerla bien. Cuando no logramos lo que nos propusimos hacer, muchas veces pasamos por una gran variedad de emociones: enojo, angustia, vergüenza, y muchas otras cosas. Puede ser desalentador cuando tenemos un objetivo en mente, pero en nuestro intento por lograr ese objetivo, descubrimos que lo hemos estado haciendo mal. Una cosa es fallar en nuestras aspiraciones individuales, pero otra es cuando encaramos mal nuestra práctica espiritual. Cuando erramos allí, puede tener un impacto grave sobre quienes nos rodean.

SERVIR A LOS NECESITADOS (ISA. 58)
En Isaías 58, Dios habla por medio del profeta Isaías y les dice a los israelitas que han estado ayudando mal. Este mensaje desafía el corazón mismo de la comunidad. Los israelitas ayunaban a causa de su supuesta relación con el Creador. Suponían que al abstenerse de alimentos por un período extendido de tiempo y al comprometerse con Dios, serían vistos y notados (Isa. 58:3). Conocían la postura y el modo adecuado para el ayuno: inclinar la cabeza, vestirse de cilicio y cenizas. Pero Dios dice que esto no es lo que quiere. Hacer algo por inercia no es suficiente para Dios.
Dios les dice que tienen una mayor responsabilidad: que el ayuno al que los está llamando es de justicia para el mundo y alivio para los cargados. Les dice que deben «quitar las cadenas de injusticia, desatar las cuerdas del yugo, dejar libre al oprimido y romper todo yugo» (vers. 6, PDT). En el siguiente versículo, Dios les pide que compartan su pan con los hambrientos, que lleven a su casa a los pobres y a los que no tienen dónde vivir, y que vistan a los desnudos. Aquellos en la sociedad que pueden ayudar a otros menos afortunados deberían extender sus recursos. Dios dice que este es el ayuno que él requiere. Y Dios les recuerda a los israelitas que al ayudar a otros se ayudan a sí mismos. Cuando servimos a los necesitados, cuando finalmente lo hacemos bien, surge la sanidad, y tanto la sanidad como la justicia nos abrirán el camino, y la gloria de Dios nos seguirá (vers. 8).

SERVIR A PESAR DE NUESTRAS DIFERENCIAS (HECH. 10)
Pedro también piensa que está viviendo su vida de la manera correcta. Es un judío devoto que ha aceptado las enseñanzas del Dios-Hombre, Jesús de Nazaret. Pedro pasó años como discípulo de Jesús, lo vio crucificado, vio al Señor resucitado, y recibió el Espíritu Santo. Pedro está comprometido con seguir a Jesús. Mientras que su motivación es correcta, su metodología es equivocada. Pedro todavía está influenciado y afectado por su cultura y crianza. Tiene dificultades para aceptar a quienes no son judíos (Hech. 10; Gál. 2:11-14). Está intentando vivir bien… pero le sale mal.
Pedro entra en trance y ve una visión extraña. Ve todo tipo de animales de cuatro patas y se le dice que mate y coma. Él, siendo un buen judío, se opone al mensaje porque los animales son impuros e inmundos. Pero Pedro oye una voz que dice: «Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro» (Hech. 10:15). El mensaje finalmente queda en claro cuando llegan los hombres de Cornelio a su casa. Cornelio es un gentil, considerado impuro por la cultura judía. Pero él necesita el servicio que Pedro puede proveer. Pedro debe dejar de lado sus prejuicios y presuposiciones y hacer lo correcto, lo que Dios le está pidiendo.

SERVIR EN LA COSECHA (MAT. 9:37)
En Mateo 9:37, Jesús se lamenta con los discípulos de que la cosecha es abundante pero son pocos los obreros. Solemos ver este versículo como un llamado a tener más obreros, y aunque ese aspecto es cierto, este versículo también resalta la cantidad de personas necesitadas. La cosecha abunda en familias rotas, personas oprimidas, sistemas y políticas injustas, y comunidades sin alimentos, ropa ni recursos adecuados. Si hemos de ser trabajadores por Cristo, debemos prepararnos para encontrarnos con esta cosecha.

PARA PENSAR Y DEBATIR:
¿Qué cosa piensas que la iglesia hace mal aunque tenga la motivación correcta? ¿Cómo se puede corregir eso?
¿Cómo podemos superar suposiciones culturales respecto a las personas que son diferentes de nosotros (en raza, nivel económico, etc.)?
¿Por qué los trabajadores son pocos, si las personas aman a Dios?
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