Lección 1 | Martes 2 de julio 2019 | Sin lugar de descanso | Escuela Sabática Jóvenes

MARTES 2 JULIO
SIN LUGAR DE DESCANSO
Evidencia | Prov. 14:31
Cada vez que salgo de viaje, hay mucho que planificar: elegir un hotel, horarios de vuelo, si alguien me buscará en el aeropuerto o si alquilaré un vehículo (y, en tal caso, si me perderé mientras conduzco), cuánto dinero necesito para comer, y demás. Siempre tengo una sensación de expectativa, porque a veces las cosas no salen como las planeamos. Además, nunca duermo profundamente cuando estoy de viaje, por todo lo que sucede. Y eso que estamos hablando de viajes controlados, viajes planificados que he aceptado realizar y generalmente disfruto; así que, debería estar tranquilo y depositar «en [Dios] toda ansiedad» (1 Ped. 5:7). ¿Cierto?
Entonces observo a hombres, mujeres y niños que por circunstancias son forzados a salir de sus hogares, huir de la pobreza, del hambre, de la violencia, y hasta de la muerte. En algunos casos, no conocen su destino, y su medio de transporte es un contenedor -en el que están apretados como sardinas-, o un bote atestado en pésimas condiciones: a veces tienen que caminar cientos de kilómetros a pie. La única ropa que tienen es la que llevan puesta. El único dinero que tenían lo usaron para pagar a «coyotes» para que los lleven tan lejos como sea posible. Nadie los estará esperando; no tienen una cama donde descansar por la noche, ni alimento para satisfacer días o semanas de hambre. Nunca me sentí cómodo con la escena de niñitos en los pasos fronterizos o que huyen en brazos de sus madres, llorando a causa de los malos tratos y el miedo a lo desconocido.
Deberíamos utilizar nuestros privilegios para ayudar a quienes están pasando necesidades. Deberíamos tomar un momento para considerar lo bendecidos que somos, y entonces recordar que Dios es el Creador de todo. Los «seres humanos» deben tratar a sus prójimos como desearían ser tratados. «Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí» (Mat. 25:40). En un mundo en el que hay tanta confusión, injusticia y decadencia moral, no deshonremos a Dios haciendo la pregunta de Caín: «¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?» (Gén. 4:9). Solo tenemos un período de tiempo para existir en esta Tierra; esta vida tal como es no es nuestro lugar de descanso. La manera en que vivimos y cómo nos cuidamos entre nosotros tendrá mucho que ver con nuestro destino. Somos guardas de nuestros hermanos.

PARA PENSAR Y DEBATIR:
¿Deberíamos sentir la obligación de recibir desconocidos en nuestro país, comunidad, escuela u hogar?
¿Qué revela la Biblia sobre la actitud de Cristo hacia las personas en necesidad?
¿Puedes recordar la última vez que honraste a Dios ayudando a alguien negándote algo a ti mismo?
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ESCUELA SABÁTICA PARA JÓVENES
Lectura del folleto Joven
Lección 1: Para el 6 de julio de 2019
DIOS CREÓ…
3er. Trimestre 2019 – Servir a los necesitados
Narración: Adan Vicente

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