Notas de Elena | Jueves 23 de enero del 2020 | El secreto de una fe así | Escuela Sabática

Jueves 23 de enero: El secreto de una fe así
De Daniel y sus compañeros emanó y brilló una gran luz. Se dijeron cosas gloriosas de Sion, la ciudad de Dios. El Señor quiere que de esta manera brille la luz espiritual procedente de sus fieles atalayas en estos últimos días. Si los santos del Antiguo Testamento dieron un testimonio tan decidido de lealtad, ¡cuánto debiera brillar hoy el pueblo de Dios que tiene la luz acumulada de los siglos, desde que las profecías del antiguo testamento proyectarán su gloria velada hacia el futuro! (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, pp. 1190, 1191).
De siglo en siglo los héroes de la fe se han destacado por su fidelidad hacia Dios, y muchas veces se los ha señalado frente al mundo, para que su luz pudiera iluminar a los que estaban en tinieblas. Daniel y sus tres compañeros son ilustres ejemplos de heroísmo cristiano… Al considerar lo que les ocurrió en la corte de Babilonia, podemos darnos cuenta de lo que Dios hará por aquellos que le sirven con firme propósito de corazón (Mi vida hoy, p. 70).
El tiempo de angustia que espera al pueblo de Dios requerirá una fe inquebrantable. Sus hijos deberán dejar manifiesto que él es el único objeto de su adoración, y que, por ninguna consideración, ni siquiera de la vida misma, pueden ser inducidos a hacer la menor concesión a un culto falso. Para el corazón leal, los mandamientos de hombres pecaminosos y finitos son insignificantes frente a la Palabra del Dios eterno. Obedecerán a la verdad, aunque el resultado haya de ser encarcelamiento, destierro o muerte.
Como en los días de Sadrac, Mesac y Abed-nego, en el período final de la historia de esta tierra el Señor obrará poderosamente en favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto. El que anduvo con los notables hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante los consolará y sostendrá (Reflejemos a Jesús, p. 362).
El tiempo presente es un momento de solemne privilegio y sagrada confianza. Si los siervos de Dios cumplen fielmente el cometido a ellos confiado, grande será su recompensa… La ferviente labor, el trabajo abnegado, el esfuerzo paciente y perseverante serán recompensados abundantemente. Jesús dirá: Ya no os llamo siervos, sino amigos. Juan 15:15. El Maestro no concede su aprobación por la magnitud de la obra hecha, sino por la fidelidad manifestada en todo lo que se ha hecho. No son los resultados que alcanzamos, sino los motivos por los cuales obramos, lo que más importa a Dios. Él aprecia sobre todo la bondad y la fidelidad (Obreros evangélicos, p. 282).
La mejor preparación para trabajar lejos, los misioneros del Maestro la reciben en la familia cristiana donde se teme y se ama a Dios, donde se le adora y la fidelidad ha llegado a ser una segunda naturaleza, donde no se permite desatender desordenadamente a los deberes domésticos, donde la serena comunión con Dios se considera esencial para el fiel cumplimiento de los deberes diarios.
Los deberes domésticos deben cumplirse sabiendo que si se ejecutan con el debido espíritu comunican una experiencia que nos habilitará para trabajar por Cristo de la manera más permanente y cabal. ¡Cuánto no podría lograr en los ramos de la obra misionera un cristiano vivo, al desempeñar fielmente los deberes diarios, al alzar su cruz y al no descuidar deber alguno, por mucho que desagrade a sus sentimientos naturales! (El hogar cristiano, p. 29).
Viernes, 24 de enero: Para estudiar y meditar
Nuestra elevada vocación, «Promesas para los obedientes», p. 26.
Patriarcas y profetas, «José en Egipto», pp. 214-224.
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NOTAS DE ELENA G. DE WHITE
Lecciones de Escuela Sabática para Adultos
Lección 4: Para el 25 de enero del 2020
DEL HORNO ARDIENTE AL PALACIO
1er. Trimester 2020
DANIEL – El libro de Daniel

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