Lección 9 | Jueves 30 de mayo 2019 | Perder la vida | Escuela Sabática Adultos

Jueves 30 de mayo
PERDER LA VIDA
Como seres humanos, conocemos la realidad de la muerte. La leemos, la vemos, y quizá hasta estuvimos cerca de sufrirla personalmente.
Lee 1 Corintios 15:26. ¿Cómo se describe la muerte y por qué se la describe de esta forma?
¿Quién, después de haber perdido a un ser querido, no padece personalmente cuán gran enemiga es la muerte? Por otro lado, los muertos están “bien”. Si cierran los ojos en el Señor, en lo que para ellos parece ser un instante, resucitan a la inmortalidad. “Para el creyente, la muerte es un asunto trivial. […] Para el cristiano, la muerte es tan solo un sueño, un momento de silencio y tinieblas. La vida está oculta con Cristo en Dios, y ‘cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria’ ” (DTG 731).
No, son los vivos, especialmente los amigos o los miembros de la familia que quedan, los que conocen el verdadero dolor y el pesar después de un fallecimiento. El hecho es que el duelo es una respuesta normal y natural a la pérdida. Es el sufrimiento emocional que experimentamos cuando nos arrebatan a quienes amamos.
El proceso de duelo no es el mismo para todos, pero en general la mayoría pasa por varias etapas. La primera reacción a la muerte de un ser querido, y la más común, es la conmoción y la negación, incluso cuando la muerte sea predecible. El shock es la protección emocional contra el agobio sumamente repentino por la pérdida, y puede durar de dos a tres meses. También se puede atravesar un período de estar constantemente absorto en los pensamientos acerca del ser querido, incluso durante las tareas diarias comunes. A menudo, las conversaciones giran alrededor de la pérdida o del ser querido. Este período puede durar de seis meses a un año.
La etapa de desesperación y depresión es un largo período de duelo; probablemente, la más dolorosa y prolongada para el deudo, durante la cual gradualmente se acepta la realidad de la pérdida. En esta etapa, se puede experimentar una variedad de emociones, como ira, culpa, remordimiento, tristeza y ansiedad. El objetivo del duelo no es eliminar todo el dolor ni los recuerdos del fallecimiento. En la etapa final de la recuperación, se comienza a tener un renovado interés en las actividades diarias y a funcionar normalmente día tras día.
¿Qué pensamientos reconfortantes puedes encontrar en los siguientes pasajes? Romanos 8:31-39; Apocalipsis 21:4; 1 Corintios 15:52-57.
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Lecciones de Escuela Sabática para Adultos
Lección 9: Para el 1 de junio de 2019
TIEMPO DE PERDER
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Carlos Martín

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