Lección 8 | Sábado 18 de mayo 2019 | ¡Te estoy observando! | Escuela Sabática Jóvenes

TIEMPO DE SER PADRES
«He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre» (Sal. 127:3, RVR).

SÁBADO 18 DE MAYO
¡TE ESTOY OBSERVANDO!
Introducción: 1 Cor. 11:1
Soy mamá de dos hijas amorosas: Isla, de once años, y Amity, de ocho. La mayor parte del tiempo soy una persona cuerda, racional, normal, que prosigue con su vida y hace lo que tiene que hacer sin mucho alboroto. Pero, de vez en cuando, tengo breves momentos en los que me doy cuenta de la asombrosa y sagrada responsabilidad de la paternidad. Me detengo y pienso en esta posición maravillosa y aleccionadora en la que me encuentro. Si me detengo mucho en eso, ¡es abrumador! Meditar en la enormidad de mi tarea es solemne y me recuerda lo vital que es educar con amor.
Hace poco perdí los estribos con Isla porque su habitación era un caos total. Mientras la regañaba por ser tan desordenada y desorganizada, Dios habló a mi corazón y me recordó el desorden de mi propia habitación y de otro cuarto donde había dejado que los libros y los papeles se apilaran. Me desafió a no esperar más de mis hijas que de mí misma. Al disculparme con Isla y hablar sobre la situación, me di cuenta de algo. Comenzamos como hijos que imitamos a nuestros padres, luego nos podremos llegar a convertir en padres que son imitados por nuestros hijos. Finalmente, puede que lleguemos a ser abuelos, imitados tanto por nuestros hijos como por nuestros nietos. En cada etapa de la vida, Dios nos da pequeños espejos para mostrarnos las áreas en las que necesitamos crecer, cambiar y reflejar mejor su amor.
¿Cómo enseñó Jesús a sus discípulos? ¿Qué estrategia utilizó? ¿Cómo puedo traducir eso en mi modo de crianza y en las relaciones familiares? Jesús no reprendía a los discípulos, no los condenaba, no les gritaba ni los desheredaba. Les enseñó verdades con suavidad. Siento a Dios instándome a tener más paciencia, más tiempo, más historias, más instrucción y más amor con mis hijas. Mis hijas me están observando y aprendiendo qué valoro, dónde pongo la importancia y qué atesora verdaderamente mi corazón. Oro para que se sientan valoradas y amadas, mientras intento darles un vistazo del amor maravilloso e insondable que Dios tiene para ellas. Oro para que vean a Jesús reflejado en mí.
¿Quién te está observando? Incluso si no tienes hijos propios, hay personas que te están observando. Pueden animar, elevar y atraer personas a Jesús. ¿Qué les dice tu vida a los demás sobre Dios, y cómo puedes vivir con más intencionalidad para mostrarles cuán paciente, amante y bondadoso es Dios realmente?
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Lecciones de Escuela Sabática para Jóvenes
Lección 8: Para el 25 de mayo de 2019
TIEMPO DE SER PADRES
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Adan Vicente

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