Lección 4 | Miércoles 24 de abril 2019 | La muerte y la soledad | Escuela Sabática Adultos

Miércoles 24 de abril
LA MUERTE Y LA SOLEDAD
Hace tiempo, alguien preguntó: ¿Qué diferencia hay entre los seres humanos y los pollos con respecto a la muerte? La respuesta es que, a diferencia de los pollos, que mueren, los seres humanos, quienes también morimos, sabemos que moriremos; los pollos, no. Y es este conocimiento de nuestra muerte inminente lo que impacta profundamente en cómo vivimos ahora.
Como sabemos, todas las relaciones, incluso el matrimonio, tarde o temprano llegan a su fin con nuestro mayor enemigo: la muerte. No importa cuán estrecha sea la unión, cuán grande el amor, cuán profundo el compañerismo, cuánto tiempo pasamos juntos, como seres humanos (a diferencia de los pollos) sabemos que tarde o temprano llegará la muerte (a menos que Jesús vuelva antes) y que todas nuestras relaciones acabarán. Este ha sido nuestro destino desde el primer pecado y lo será hasta el regreso de Jesús.
La Biblia no nos dice cuál de los dos murió primero, si Adán o Eva, pero debió haber sido particularmente doloroso para el otro, porque originalmente la muerte nunca fue parte de la vida. Como vimos en una lección anterior, si la muerte de una sola hoja o flor los hizo llorar, no podemos imaginar lo que habrán sufrido con la muerte del cónyuge.
El problema es que estamos tan acostumbrados a la muerte que simplemente la damos por sentada. Pero se suponía que los seres humanos nunca pasaríamos por algo así. Por ende, incluso hasta el día de hoy, luchamos por darle sentido, cuando muchas veces simplemente no se puede.
¿Qué nos enseñan los siguientes versículos sobre la muerte y cómo lucha la gente contra ella? Isaías 57:1; Apocalipsis 21:4; 1 Tesalonicenses 4:17, 18; Mateo 5:4; 2 Samuel 18:33; Génesis 37:34.
Es indudable: todos enfrentamos no solo la realidad de nuestra propia muerte, sino también la realidad de la muerte de los demás, de nuestros seres queridos, quizá de nuestro compañero más íntimo. Por lo tanto, tarde o temprano, muchos de nosotros enfrentaremos un tiempo –una etapa de soledad– provocado por la muerte de otra persona. Es difícil, duele, y en esos momentos solamente podemos y debemos reclamar las promesas de Dios. Al fin y al cabo, en este mundo de pecado, sufrimiento y muerte, ¿qué más tenemos?
Tu iglesia ¿cómo puede ayudar a quienes sabes que están sufriendo de soledad por la muerte de un ser querido?
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Lecciones de Escuela Sabática para Adultos
Lección 4: Para el 27 de abril de 2019
CUANDO ESTAMOS SOLOS
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Carlos Martín

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