Lección 3 | Martes 16 de abril 2019 | El último funeral | Escuela Sabática Jóvenes

MARTES 16 DE ABRIL
EL ÚLTIMO FUNERAL
Evidencia: 1 Rey. 2:1-4; 1 Cor. 15:24-26
«La muerte es una experiencia humana universal. Es como la inevitable fuerza ‘gravitacional’ que busca lograr su objetivo sin pedir consentimiento. La muerte es una crisis que todas las familias enfrentan.’ […] El acontecimiento de la muerte, aunque inevitable, puede ser significativamente perturbador y angustiante para el sistema familiar y la red de relaciones de la persona fallecida».2-3 Es suficiente decir que los seres humanos nunca se acostumbrarán a la muerte.
“Muchos argumentarán que la muerte a ciertas edades (especialmente los ancianos) es un evento normativo del curso de la vida. Sin embargo, Lavee, McCubbin y Olson difieren.» Ellos explicaron que, sin importar cuándo ocurre, la muerte en realidad es antinormativa. Esto es así porque permanece como un evento inesperado y grandemente indeseado. Debe entenderse que no es la muerte en sí lo que determina si es normativo, sino el contexto y los efectos de la muerte. Por ejemplo, la muerte de un anciano de 82 años que es el tutor principal de un muchacho de 15 años puede ser ‘normativa’ para el hombre, pero sería muy perturbadora para el adolescente».5 De similar manera, la muerte de cualquier miembro de una familia resultará en algún nivel de perturbación.
David había reinado por treinta años como rey de Israel. Luego de muchos años de batallas, intrigas políticas, múltiples esposas y muchos hijos, ahora era un hombre anciano. La Biblia registra que «Llegaron los días en que David había de morir» (2 Rey. 2:1). La familia de David tendría que hacer grandes adaptaciones luego de su muerte, incluyendo el liderazgo de un nuevo rey.
A lo largo de la Biblia, se nos recuerda que la muerte llegó como resultado del pecado. La muerte es un enemigo para los seres humanos. Desde el momento en que Adán y Eva comieron del fruto prohibido (Gén. 3:6), la muerte cayó sobre toda la humanidad (Rom. 5:12) y ha causado daños irreparables a familias incontables, a lo largo de la existencia de la humanidad.
Las buenas noticias son que la Biblia nos asegura que la muerte misma un día será destruida (1 Cor. 15:26). Un día la muerte misma tendrá un funeral. Ese funeral será el último. Entonces, aunque como seres humanos estamos sujetos a la muerte en un planeta lleno de pecado, hay una esperanza a la cual podemos aferrarnos: Jesús ya ha vencido al enemigo llamado «muerte» por medio de su propia muerte en la cruz y la subsiguiente gloriosa resurrección. Jesús declara que él tiene «las llaves de la muerte y del Hades» (Apoc. 1:18, RVR); por tanto, al prepararnos para la muerte, debemos tener una relación con el dador de la vida eterna.
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Lecciones de Escuela Sabática para Jóvenes
Lección 3: Para el 20 de abril de 2019
PREPARÉMONOS PARA EL CAMBIO
2er. Trimestre 2019 – Las Etapas Familiares
Narración: Adan Vicente

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