Lección 12 | Domingo 15 de septiembre del 2019 | El pecado de la inequidad | Escuela Sabática Jóvenes

DOMINGO 15 SEPTIEMBRE
EL PECADO DE LA INEQUIDAD
Evidencia | Sal. 139:13-16; Jer. 1:5; Mat. 6:25-33
Mateo 6:25 al 33 indica que el Dios que provee para las aves, las flores y el césped puede suplir nuestras necesidades de alimento, agua y ropa. No necesitamos preocuparnos. Pero una comprensión tal de este pasaje genera preguntas inquietantes para la conciencia social del creyente.
Más de tres millones de niños mueren de hambre en el mundo cada año.’ No dicen «me muero de hambre» cuando no comieron nada por un día entero. ¡Ellos realmente se están muriendo de hambre! Es más, muchos hemos practicado el principio de comprar hasta el cansancio. Pero, para las personas muy pobres, la ropa es un refugio. ”En un terremoto, el sacudón mata personas; en un tsunami, el agua mata personas; pero en invierno, no es el frío lo que mata a las personas, sino la falta de ropa adecuada».2
¿Cómo concilio esta enseñanza de Mateo 6 con esas realidades? Primero, simplemente no podemos decir que esas personas no confían lo suficiente en Dios. ¡Qué disparate! Un bebé ni siquiera sabe cómo confiar. Y el Dios que conozco, el Dios que me ama y a quien amo, según la Biblia, ama y valora la vida de cada bebé ¡aun antes de que salga del vientre de su madre! (Ver Sal. 139:13-16; Jer. 1:5.)
Entonces, ¿cuál es la respuesta a este dilema?
Sobre la base de lo que dice la Biblia, llego a la conclusión de que la causa número uno del hambre, la pobreza y la falta de ropa en este mundo son las decisiones pecaminosas de las personas que causan desigualdad. Lo cierto es que Dios ha provisto ampliamente, pero nosotros hemos acumulado, dañado o desperdiciado los recursos que él ha provisto. Romanos nos dice que la creación -y aquí Pablo no está hablando de la humanidad, sino de la Tierra- se queja bajo la consecuencia del pecado.
No es la falta de provisión divina sino la falta de igualdad en mis elecciones pecaminosas y las tuyas, que contribuyen al sufrimiento en este mundo. No podemos ser creyentes en la Biblia y negar que nuestras elecciones afectan a los más pobres de este mundo. Cuando leo Mateo 6, veo que tengo una responsabilidad personal que no puedo ignorar. Debo tener algún rol en alimentar y vestir a la humanidad.
PARA PENSAR Y DEBATIR:
¿Qué estoy haciendo para contribuir a la desigualdad de alimento y ropa en nuestro mundo?
¿Qué puedo hacer para disminuir el sufrimiento en nuestro mundo en las siguientes cuatro áreas: (1) tiempo; (2) finanzas; (3) testificación espiritual; y (4) servicio misionero?
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