Lección 11 | Miércoles 11 de septiembre del 2019 | ¡Cuéntalo! | Escuela Sabática Jóvenes

MIÉRCOLES 11 SEPTIEMBRE
¡CUÉNTALO!
Cómo hacer | Mat. 10:5-8; 25:31-46; 28:18-20
Hay algo especial en recibir buenas nuevas que hace que sea difícil que nos las guardemos. Hay una necesidad de compartirlas con otros. Te hace querer tomar un megáfono y gritarlo desde la montaña más alta… O, mejor aún, publicarlo en Facebook, Twitter, Instagram o Snapchat.
Hay buenas nuevas que tenemos que compartir. ¡La esperanza del pronto regreso de Jesúsl Junto con una gran esperanza viene una gran responsabilidad. El mundo necesita saber que Cristo viene pronto, y todos deben estar listos.
¿Cómo le cuentas al mundo sobre la esperanza de la Segunda Venida?
La oveja perdida (Mat. 10:5-8). Lleva el mensaje a quienes no conocen sobre Dios. Comienza con tus amigos. ¿Saben todos ellos quién es Dios? ¿Creen todos en Jesús? ¿Saben todos que el regreso de Jesús es inminente? Invítalos a los juegos sociales de la iglesia y a las reuniones de viernes de noche. Invítalos a la iglesia. Ofrécete para estudiar la Biblia con ellos. Practica lo que predicas. Muéstrales por medio de la forma en que vives que Dios es amor. Pero alcanza a las ovejas perdidas.
Hazlo por los más pequeños (Mat 25:31-46). Una de las mayores formas de testificar es tratando a los demás como tratarías a Jesús. Comparte tu comida con alguien que esté pasando hambre. Podría ser un mendigo, o podría ser alguien que no tenga suficiente dinero para comprar en el almacén algún día. Involúcrate en el ministerio carcelario. Canta en un hogar de ancianos. Dona ropa que ya no necesitas a un refugio o a un servicio comunitario. Quizás alguien está hambriento de la Palabra de Dios, y no de comida. Comparte el evangelio por medio de volantes, panfletos y estudios bíblicos. Lo que hayas hecho por los más pequeños, se lo has hecho a Dios.
La Gran Comisión (Mat. 28.18-20). Cuéntale a todo el mundo. Enseña a todas las naciones. La Gran Comisión es un Imperativo. No necesitas ir a otro país para ser un misionero: cada persona tiene su propio campo misionero. Podría ser tu hogar, tu colegio, tu trabajo, tu vecindario. Cuéntales a tus vecinos sobre la maravillosa venida de nuestro Señor y Salvador. El lugar más difícil para ser un misionero muchas veces es en tu propio hogar. Enséñales a otros sobre el amor de Jesús.
PARA PENSAR Y DEBATIR:
Piensa en tres personas en tu círculo que no tienen una relación con Jesús. Ora por ellos. Ora para encontrar una manera de compartir a Jesús con ellos.
¿Te resulta fácil o difícil compartir a Jesús con tu familia? ¿En qué forma se te ocurre que puedes compartir a Jesús con tu familia esta semana?
Piensa en personas que están fuera de tu círculo. ¿Qué pasos puedes dar para compartir esta gran esperanza? ¿Qué cosas te están obstaculizando poder hacerlo?
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