Introducción | Daniel, profeta del fin | Escuela Sabática 1er. trimestre 2020

DANIEL, PROFETA DEL FIN
INTRODUCCIÓN
Escribe cosas dignas de leerse, o bien haz cosas dignas de escribirse”.1 La mejor exposición de este aforismo de Benjamím Franklin es el registro bíblico de la vida de Daniel. Él cumplió ambas cosas. El libro que lleva su nombre y su sólida lealtad son un testimonio dé la fidelidad de Dios, que impulsa a todos a escuchar y aprender. Se estimuló a los primeros adventistas a estudiar las profecías bíblicas: «Daniel y Apocalipsis son libros, aplicables a nosotros, y deberían ser estudiados cuidadosamente, con mucha oración”.2 Históricamente, la autoría de Daniel y la fecha de composición han sido tema de ardientes debates eruditos. Los ‘eruditos críticos disputan que el libro fue escrito o compi-, lado por un judío desconocido para consolar á su pueblo durante la persecución causada por el rey seléucida Antíoco IV Epífanes (c. 167-164 a.C.). Sin embargo, los Adventistas del Séptimo Día, junto con otros eruditos conservadores, consideran el libro como compuesto por Daniel mismo, en el siglo VI a.C. Aceptan el libro como un informe exacto de la vida del profeta y un registro confiable de profecías predictivas.
Se han propuesto varios argumentos en apoyo de una fecha temprana para el libro. De primera importancia es la información cronológica del libro mismo (Dan. 1:1, 21; 2:1; 7:1; 8:1; 9:1,2; 10:1). Segundo, algunos detalles históricos registrados en el libro muestran que el autor tenía un conocimiento de primera mano de los eventos históricos que registraba. Tercero, los fragmentos del libro de Daniel entre los manuscritos del Mar Muerto favorecen una edad temprana. Cuarto, la inclusión de Daniel en el canon hebreo de las Escrituras también sugiere una fecha temprana de su composición. Quinto, la traducción Septuaginta de Daniel muestra que el libro ya era viejo por el siglo II antes de Cristo, ya que varias palabras parecen haber presentado dificultades a los traductores. Sexto, el tema parece haber sido resuelto por Jesús, quien se refirió al libro de Daniel como una composición del autor del mismo nombre (Mat. 24:15).3
Una característica peculiar digna de nota es que el libro de Daniel (como el de Esdras) fue escrito en dos idiomas. Daniel 1:1 y 2:4a, y 8:1 al 12:13 están escritos en hebreo, mientras que Daniel 2:4b al 7:28 están en arameo. Lo más probable es que este bilingüismo actúe como una estrategia retórica para mostrar diferentes puntos de vista, reforzando aún más el mensaje del libro. Después de una breve introducción en hebreo, Daniel procede a registrar sus memorias y dos amplios bosquejos proféticos en arameo (caps. 2 al 7). Es interesante que estos son los capítulos que transmiten tanto la experiencia de Daniel en Babilonia como las profecías relacionadas con los cuatro poderes mundiales. De esta manera, estos capítulos fueron apropiadamente escritos en arameo, el lenguaje internacional de la época. Pero, cuando el enfoque del libro se vuelve al Santuario, al Mesías y al pueblo de Dios (caps. 8 al 12), el libro apropiadamente vuelve al hebreo, el lenguaje sagrado de Israel.4
El tema teológico fundamental transmitido por el libro de Daniel es la soberanía de Dios como el Señor de la historia, las naciones y los individuos. Aunque las narraciones de Daniel y sus compañeros muestran el amor y el cuidado de Dios por los exiliados fieles (caps. 3 y 6), los juicios sobre Nabucodonosor (cap. 4) y Belsasar (cap. 5) revelan la soberanía de Dios al juzgar a los gobernantes paganos. Los amplios bosquejos proféticos del libro traen la escatología al frente del mensaje de Daniel. A pesar de la sucesión aparentemente accidental de reyes y reinos, Dios traerá la historia a su consumación y establecerá un Reino eterno bajo el gobierno del ser llamado hijo de hombre, Príncipe, Mesías y Miguel (caps. 2,7,9,10 al 12).
El estudio presente se divide en trece capítulos. El primer capítulo atiende asuntos introductorios relevantes para la comprensión del libro, tales como la estructura literaria y los principios básicos de interpretación. Los capítulos subsiguientes abarcan los doce capítulos de Daniel, como se encuentran en el canon hebreo y las Biblias modernas. Al ocuparnos en el estudio de este libro fascinante, “dejemos que Daniel hable” y «presente la verdad como es en Jesús”.5

LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
1er. Trimestre 2020
DANIEL – El libro de Daniel
Visítenos en: www.escuelasabatica.es
Narración: Carlos Martín

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Lección Semanal

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