Bosquejo | Lección 2 | El plan de Dios para un mundo mejor | Escuela Sabática Pr. Edison Choque

La justicia puede definirse como la demostración de rectitud de Dios a través de la acción correcta.

El Salmo 89:14 dice: «Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;Misericordia y verdad van delante de tu rostro”.

Y Romanos 1:17 completa: » el justo por la fe vivirá.»

Estas dos palabras: Justicia y rectitud tanto en el nuevo y antiguo testamento pueden usarse alternativamente.

En la lección de esta semana estudiaremos sobre el tema de la «Justicia» y su significado para nuestras vidas.

Bienvenidos al bosquejo de la lección de la Escuela Sabática, estamos en la lección 2 que tiene el título:

«El plan de Dios para un mundo mejor»

Elegí dos asuntos para ser ampliados en el bosquejo de esta semana:

1. Dios oye, Dios ve.

2. La justicia de Dios en los Diez Mandamientos.

Dios oye, Dios ve.

En las primeras páginas de la Biblia encontramos la historia de una mujer llamada Agar, que era una mujer extranjera y esclava.

Ella fue usada y abusada y fue obligada a huir de sus amos (Génesis 16: 6-14).

Más tarde fueron expulsados ​​nuevamente (Gen 21: 8-18).

Ella no se sentía capaz de ver a su hijo, que parecía morir de sed.

Pero en el fondo de esta injusticia y sufrimiento, Agar no estaba sola, ni invisible ni olvidada.

Inclusive antes del nacimiento del hijo un ángel vino a ella con un mensaje de Dios.

Le aseguró que Dios estaba con ella.

El ángel incluso le dio instrucciones sobre el nombre del bebé: «Lo llamarás Ismael».
que significa «Dios oye» – «porque Jehová ha oído tu aflicción» (Génesis 16:11, NVI).

En sus años de maternidad, cada vez que se decía el nombre de su hijo, “Ismael” ella recordaría que en la peor situación de su vida, Dios había visto su desesperación y había escuchado su clamor.

Agar respondió dándole un nombre a Dios: “El Dios que me ve” (Génesis 16:13)

Ella dijo: «He visto al que me ve»

Y fue dado por una esclava, marginada, maltratada y extranjera.

Este ejemplo es un paso significativo en nuestra comprensión humana de la justicia de Dios en contraste con la justicia humana.

II. La justicia de Dios en los diez mandamientos.

Dos mandamientos del decálogo dicen lo siguiente:

“No tendrás dioses ajenos delante de Mí … No codiciarás la casa de tu prójimo”

Son el primer y último mandamiento del decálogo y constituyen un pilar de apoyo que respalda los otros ocho mandamientos restantes (Éxodo 20: 4-16)

En otras palabras, son una base para todo el decálogo.

Por que?

1. Estos dos textos nos pueden ayudar a identificar las cosas que colocamos antes que a Dios.

2. Estos dos mandamientos también indican los intereses egocéntricos que dificultarán el cumplimiento de los otros ocho.

Jesús resumió estos dos mandamientos de la siguiente manera (Mt 22: 37-40)

«Ama al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu comprensión».

«Ama a tu prójimo como a ti mismo»

La justicia de Dios en la vida de cada ser humano comienza con el principio de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

Imagina cómo sería el mundo si el amor de Dios estuviera en el corazón de todos.

Sin lugar a dudas, el cuidado mutuo sería una característica natural de los seres humanos.
No habría esclavos, los tratos con las viudas, los huérfanos y los extranjeros serían diferentes.

Aplicaciones:

En la historia de Génesis 3, la primera relación que se rompió fue con Dios, luego se rompió la relación entre las personas y, finalmente, la relación con la tierra y el entorno natural.

El padrón divino para lidiar con la injusticia y restaurar las relaciones vitales, seria en primer lugar restaurar la relación con Dios, luego restaurar la relación entre los seres humanos y finalmente restaurar la relación con la tierra y el medio ambiente.

Una respuesta de la fe a la injusticia debe considerar la curación de estas tres relaciones.

Y la iniciativa de la reconciliación siempre comienza con Dios.

Él es la puerta y llama.
Quien oye su voz y se abre la puerta, entonces entrará y se reconciliará con sus criaturas, y esto traerá una reconciliación con el prójimo y con la tierra.

Entonces seremos instrumentos extraordinarios en las manos de Dios para bendecir a las personas y para bendecir al mundo que nos rodea.

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